sábado, 4 de noviembre de 2017

La Tormenta Nate, un ejemplo real de gestión de riesgo.

Lo efectos directos indirectos de la Tormenta Nate, pusieron en jaque las necesidades y desarrollo de la región que rodea el Macizo de la Muerte. Ningún desastre ocurre si no hay seres humanos a quien afectar, la naturaleza es un sistema natural que se renueva constantemente, los efectos derivados de esta que ponen e alerta las actividades humanas se llama Desastre Natural, y muy probablemente no ocurrían sino fuera por la manifestación humana en la región. 

Ocurrido a inicios del mes de Septiembre, la Tormenta Nate dejó secuelas en la mayor parte del Territorio Nacional, pero en el Macizo de la Muerte junto a áreas costeras fueron los más afectados. 
Los pueblos pertenecientes a el cantón del El Guarco fueron severamente dañados no solo los localizados en las estribaciones del Macizo sino también en el Valle, dejando incomunicadas a comunidades enteras durante días, las carreteras colapsaron y los ríos arrasaron terrenos cultivables y casas. El Cantón de Dota quedó aislado por días, y algunos pueblos como San Gerardo de Dota y Providencia quedaron en total incomunicación por casi dos semanas, la Intermericana Sur quedó intransitable por unos días, mientras Perez Zeledón vivió episodios graves de destrucción de su infraestructura vial, casas y aislamiento. En el distrito de Orosi, los ríos Navarro y Grande de Orosi se desbordaron destruyendo parte de la carretera que comunica la región y llevándose consigo terrenos aledaños con numeros deslizamientos.

 ¿Ahora bien que medidas se tomaron ante este desastre?
Algunos pueblos como Providencia quedaron en el abandono total y absoluto por días, mientras en San Gerardo, helicopteros enviaron ayuda, se hizo notable como comunidades como San Gerardo de Dota estaban altamente sincronizadas y todos habitantes contribuyeron a abrir paso con palas y lo que tuvieran disponible, hasta ayudar a sus propios vecinos. Por otra parte los comités cantonales comenzaron a gestionar la entrega de ayuda mediante vecinos para llevar productos básicos a los afectados. El gobierno de forma inmediata comenzó con la apertura de caminos, que le tomó días . En este desastre se manifestaron muchas de las debilidades cantonales en cuanto a la organización pero también se evidenció en la necesidad de crear lazos entre los habitantes del cantón y las comunidades del Macizo de la Muerte que ayudaron incesablemente hasta que la emergencia terminase.

Los habitantes de la región tienen el reto de seguir conviviendo con la amenaza y mitigar los efectos posibles de una siguiente emergencia, pero debemos ser conscientes que las actividades que desarrollamos, el uso del suelo, dejarlo descubierto, construir caminos y destruir cobertura boscosa tiene inminentes efectos que el hombre deberá saber miitigar o prevenir.


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